Tanto en el Anexo Abtao, como en la Casa Central del establecimiento se habilitaron salas especialmente diseñadas para brindar a los estudiantes un lugar seguro y tranquilo de regulación emocional.
Con material sensorial, pisos y paredes cubiertos de goma y otros elementos que permiten construir un lugar acogedor, tranquilo y seguro, se habilitaron, desde marzo de este año, dos salas de la calma en el Colegio Gabriela Mistral de Coquimbo.
Estos espacios ayudan a reducir la ansiedad o el estrés y contener emocionalmente a las y los estudiantes que así lo requieran, supervisado o acompañado por un adulto de confianza o vínculo, así lo señaló Viviana Godoy, coordinadora del Programa de Integración Escolar, PIE de enseñanza básica, quien explicó que su objetivo es “brindar un espacio donde los estudiantes que presenten alguna desregulación o que requieran de estar un poco más aislados del resto puedan sentirse tranquilos”.
Según expresó la profesional, desde su puesta en funcionamiento, las salas, ubicadas tanto en el Anexo Abtao como en la Casa Central, han tenido un impacto positivo, yendo en la línea del desarrollo de una cultura inclusiva dentro del establecimiento.
Es importante mencionar que la sala de la calma fomenta la autorregulación y complementa aquellas estrategias de contención emocional que pueden incluir conversaciones con un adulto de vínculo, previamente visualizado, que conoce bien al estudiante, intervenciones de las profesionales ya sea de PIE o de Convivencia Escolar, así como la comunicación constante con profesionales externos y la familia de la o el estudiante.


